Cartas de Fabio Pabon Portilla
Poco queda para rescatar de la presentación de Deportivo Lara en el marco del torneo apertura de la Temporada 2018, el cual concluyó para los colores larenses con una derrota doble ante Caracas F.C en la definición de las llaves de la liguilla. Cayó sin atenuantes en condición de local y la visita. El cierre tanto a nivel nacional como a nivel internacional fue doloroso y mostró a un Deportivo Lara lejos de toda posibilidad de alcanzar una clasificación con mucha honra y amor propio, tanto en la Copa local como en la Copa Libertadores. Y es allí, en ese nivel de la autoestima y el amor propio, donde se ubica la preocupación hacia el futuro inmediato. Deportivo Lara lució como un equipo derrotado en sus últimos cuatro juegos, sin incluir el partido de trámite ante Metropolitanos en la capital. Todo se saldó con caídas consecutivas y un alarmante saldo en contra de anotaciones que deja en evidencia las profundas deficiencias en los departamentos ofensivos y defensivos, es decir, cuando las fría estadística señala que en cuatro partidos recibió 14 goles en su pórtico y anotó 3 goles en los arcos contrarios, no quedan dudas que las alarmas están encendidas y los informes evaluativos a la orden del día para ser analizados. El rendimiento del equipo es impresentable porque Deportivo Lara es una divisa de vanguardia dentro del rentado, aun por arriba de los motivos que lo dejaron al margen de las dos competencias. Volvemos a señalar que el grupo que le correspondió en suerte en la Copa Libertadores fue uno de los más fuertes y las clasificaciones se decidieron en la última fecha cuando tres de los cuatro equipos disputaron do cupos a saber, el segundo cupo para la ronda de octavos de final y un cupo para derivar hacia la Copa Suramericana en un buen premio de consolación para quienes realicen un papel sobresaliente y les alcance en condición de terceros, capturar ese cupo. Deportivo Lara estuvo en esa disputa de cupos pero con escases de rendimiento colectivo, poca pre-disposición de lucha y perfil de derrota antes de jugar el partido. Ahora, es bueno recordar que ese grupo se complicó hasta el final en las opciones clasificatorias como consecuencia de los dos triunfos que obtuvo Deportivo Lara como local ante Independiente de Avellaneda, primero y Millonarios de Bogotá después. La razón es que ninguno de los dos, ni Millonarios, ni Independiente tenían en sus cálculos esas derrotas en la ruta de la clasificación. De allí que Corinthians tomó sus precauciones y evitó el mal sabor de una presentación complicada en Barquisimeto. La presencia y actuación del fútbol larense en la Libertadores llevó el sello de la falta crónica de regularidad en sus partidos. Nada nuevo. Esa ausencia de regularidad es un padecimiento que la Dirección Técnica no pudo solucionar y tenemos serias dudas que lo pueda solucionar de cara al torneo clausura, si no se toman la medidas que el caso amerita. Nos queda el agradable recuerdo de los triunfos locales y la impronta internacional de saber que los futuros rivales de Deportivo Lara en el nivel de clubes internacional, tendrán serias dificultades para triunfa en esta plaza.
REGULARIDAD Y GOLES.
La regularidad es una cualidad y la cualidad es una de las muchas características que identifican a una persona o a un equipo de fútbol como es el caso nuestro. Sin embargo en la escala de valores de un equipo o colectivo, la regularidad es determinante y en la condición de metas y logros a alcanza, la regularidad se convierte en un factor condicionante para cristalizar los propósitos. Formulado de otra forma sería así: Si un equipo de fútbol no regulariza la evolución de su talento y técnica con paso firme y decidido, sin pausas pero sin prisas, pasa a depender de los “chispazos” de su talento y el estado de ánimo de su técnica, se empalaga de sus propias virtudes que pudieron ser y no fueron y se termina en un zafarrancho de lástima. Si esa falta de regularidad fue un obstáculo notable en la Libertadores, lo fue también en el torneo apertura, donde Lara vivió la incertidumbre de la clasificación a la liguilla hasta la última fecha, cuando sus rivales decidieron con sus resultados que Lara había alcanzado su cupo pero de todas formas tenía el deber de jugar el partido forzado en la capital. La falta de regularidad del cuadro larense no le permitió alcanzar el cupo por lo menos con dos fechas de anticipación a la conclusión regular del torneo. La improvisación se hizo presente, el largo viaje continental, la poca profundidad en la plantilla y se perdió con Caracas acá y allá. Estamos seguros que muchas cosas se ventilarán en la sede del club y tomarán la acciones más acertadas en el intento de retornar a la vanguardia del certamen local y la clara meta de lograr el cupo en la Libertadores, solo que ese propósito se debe tomar con la seriedad que requiere la competencia de alta calidad que identifica a la Copa Libertadores y su premios millonarios como recompensas a cada paso positivo en la ruta clasificatoria. Ya los directivos y jugadores vivieron en directo el clima y la atmósfera que se respira en esos niveles, todo lo que significa para el gentilicio regional en Sudamérica tomar parte en el torneo, el tratamiento de suceso deportivo y acontecimiento futbolero que la prensa le otorga a cada juego y el sueño dorado que viven ante la posibilidad de alcanzar la Copa y coronarse Campeón. De todas formas Deportivo Lara y sus jugadores estuvieron allí, no faltaron las alegrías y pensando, claro está, en esas alegrías, la nación deportiva de Lara debe buscar el regreso a esa cita continental, lo merecemos.
REGULARIDAD Y GOLES.
La regularidad es una cualidad y la cualidad es una de las muchas características que identifican a una persona o a un equipo de fútbol como es el caso nuestro. Sin embargo en la escala de valores de un equipo o colectivo, la regularidad es determinante y en la condición de metas y logros a alcanza, la regularidad se convierte en un factor condicionante para cristalizar los propósitos. Formulado de otra forma sería así: Si un equipo de fútbol no regulariza la evolución de su talento y técnica con paso firme y decidido, sin pausas pero sin prisas, pasa a depender de los “chispazos” de su talento y el estado de ánimo de su técnica, se empalaga de sus propias virtudes que pudieron ser y no fueron y se termina en un zafarrancho de lástima. Si esa falta de regularidad fue un obstáculo notable en la Libertadores, lo fue también en el torneo apertura, donde Lara vivió la incertidumbre de la clasificación a la liguilla hasta la última fecha, cuando sus rivales decidieron con sus resultados que Lara había alcanzado su cupo pero de todas formas tenía el deber de jugar el partido forzado en la capital. La falta de regularidad del cuadro larense no le permitió alcanzar el cupo por lo menos con dos fechas de anticipación a la conclusión regular del torneo. La improvisación se hizo presente, el largo viaje continental, la poca profundidad en la plantilla y se perdió con Caracas acá y allá. Estamos seguros que muchas cosas se ventilarán en la sede del club y tomarán la acciones más acertadas en el intento de retornar a la vanguardia del certamen local y la clara meta de lograr el cupo en la Libertadores, solo que ese propósito se debe tomar con la seriedad que requiere la competencia de alta calidad que identifica a la Copa Libertadores y su premios millonarios como recompensas a cada paso positivo en la ruta clasificatoria. Ya los directivos y jugadores vivieron en directo el clima y la atmósfera que se respira en esos niveles, todo lo que significa para el gentilicio regional en Sudamérica tomar parte en el torneo, el tratamiento de suceso deportivo y acontecimiento futbolero que la prensa le otorga a cada juego y el sueño dorado que viven ante la posibilidad de alcanzar la Copa y coronarse Campeón. De todas formas Deportivo Lara y sus jugadores estuvieron allí, no faltaron las alegrías y pensando, claro está, en esas alegrías, la nación deportiva de Lara debe buscar el regreso a esa cita continental, lo merecemos.